PARIS (AP) - El papa Benedicto XVI condenó el sábado la "pagana" pasión por el poder, el amor al dinero y bienes materiales por considerarlos una plaga moderna, al dirigirse a más de un cuarto de millón de fieles durante una misa al aire libre oficiada en la capital francesa.
Benedicto realiza su primera visita a París como pontífice.
"¿No ha creado el mundo moderno sus propios ídolos?", dijo Benedicto en su homilía, y se preguntó si la gente "ha imitado, quizá sin darse cuenta, a los paganos de la antigüedad".
El Santo Padre agregó que "se trata de un tema que todas las personas, si son honestas, no tienen otro recurso que plantearse".
Unas 260.000 personas congregadas en la Explanada de los Inválidos hicieron un alarde de fe en este país tradicionalmente católico pero que ha experimentado un notable descenso en los últimos años en el fervor religioso de esa fe.
Benedicto ha continuado la campaña iniciada por su predecesor, Juan Pablo II, temeroso de que el acaudalado Occidente había transformado el consumo en una especie de religión a la par que ignoraba sus raíces cristianas de valores espirituales.
Parafraseando el Nuevo Testamento, Benedicto lamentó la "insaciable codicia "e indicó que "el amor al dinero es la causa de todos los males".
"¿El dinero, la sed de acaparar, el poder e incluso el conocimiento han apartado al hombre de su verdadero destino?", preguntó.
En su homilía, Benedicto criticó la sed de la sociedad moderna por estos nuevos ídolos "paganos", que consideró un "escándalo, una verdadera plaga".
El Papa conminó a los creyentes a "evitar el culto a los ídolos. ¡No se cansen de hacer el bien!"
El público recibió complacido sus comentarios.
"Fue una llamada al orden sobre lo que es esencial en la vida", comentó Herve Tarcier, un ingeniero de 49 años que se ofreció de voluntario para este evento. "Fue exactamente el mensaje que necesita nuestra sociedad".
Jacqueline Dudek, una abuela de 76 años de París, dijo haberse alegrado de que la elite política francesa hubiese acudido para escuchar la homilía antimaterialista.
"Tienen muchas cosas que aprender", insistió.
La misa concluyó sin incidentes y multitud de feligreses se acercaron para poder tocar físicamente al sucesor de Pedro. Los agentes de seguridad rodearon al Papa y más de 10 francotiradores vigilaron a la multitud desde el tejado de un palacete del siglo XIX que domina la Explanada.
La multitud ovacionó cuando Benedicto inició la misa hablando del "bello París".
La misa fue la única aparición pública del Papa el sábado antes de volar a Lourdes, un santuario mariano que atrae anualmente millones de peregrinos.
Decenas de miles de fieles, muchos de ellos jóvenes, acamparon en el prado durante la noche tras escuchar saludos cordiales de Benedicto XVI la noche del viernes durante un servicio en Notre Dame.
"No tenemos todos los días la oportunidad de orar con el Papa", dijo Muriel Amortila, una terapeuta de 47 años de Normandía, que se despertó a las 3 de la mañana con sus tres hijos para asistir a la misa.
Benedicto XVI denunció el viernes el fanatismo fundamentalista en un discurso a personajes de la cultura, incluyendo líderes musulmanes, al comienzo de su visita a Francia.
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