jueves, 10 de julio de 2008

AQUI PARTICIPO YO

Quo vadis domine?

A diferencia de las demás criaturas, el hombre no viene al mundo para repetir el patrón de su especie. Cada hombre nace como un ser nuevo, original e irrepetible llamado a ser su particularidad, por ello es valioso, es distinto es único, es decir; es persona y siendo persona, debe hacerse continuamente a sí mismo, construirse él mismo. A diferencia del animal, todo hombre tiene que iniciarse en el aprendizaje del vivir. Su vida es una misión con un camino propio que él mismo tiene que descubrir, que él mismo tiene que decidir tomar y solo él debe recorrer , pero … Cual camino tomar?, hacia donde ir?

    caminando 

Es, en este punto donde haciendo uso de nuestra razón debemos descubrir que no hemos sido hechos ni terrestres ni celestes, mortales ni inmortales, a fin de que nosotros mismos, sumergido en la fragua y a golpes de cincel, rematemos nuestra propia forma.

Nada le es dado ya hecho, solo recibe de la existencia unas maravillosas semillas: la libertad la inteligencia y la voluntad, pero debe ir a buscarlo en el yo interior, allí tiene que descubrirlo y luchar para forjarlo, conquistarlo, construirlo, cultivarlo y pulirlo.

Todo hombre tiene un camino por recorrer, es un ser que continuamente arriesga y para el cual “volver a empezar” es siempre posible hasta el final. El camino se inicia cuando es consciente de que el descubrimiento más importante que debe realizar es el descubrimiento de sí mismo. Esto nos llevará hacia el camino de la libertad, la libertad de aceptarse a sí mismo sin quejas, sabiendo que somos seres humanos y que serlo implica virtudes y defectos muy humanos. Los que han aprendido a aceptarse a sí mismos, se sienten en paz con el mundo, aceptan a los demás como seres distintos y no tienen interés en cambiarlos. Por ello, quien no se acepta así mismo vive en una tensión permanente pretendiendo ser distinto de lo que es. Tratando de ser otro, consume sus propias energías en representaciones dramáticas, en pretensiones falsas o en manipular a otras personas para meterlas en su propio juego. Un ser así no podrá ser feliz.

Cuando eso ocurre, es decir si tomamos este camino ya no seremos capaces de reconocer y aceptar lo que sucede en nuestro interior pues temeremos sacarlos a plena luz y darlos a conocer por el miedo a sentirnos rechazado. Así nuestra comunicación será cada vez más pobre, anémica e insegura sin fuerza ni convicción, porque no podremos comprometernos con nosotros mismos y nuestro lenguaje estará reñido con nuestros actos. Esto nos impedirá establecer relaciones verdaderamente personales y permaneceremos bloqueados para expresar sentimientos. Este mismo camino nos llevará a vivir pendiente de la aprobación de los demás en todo lo que emprendemos. Nuestro trabajo no será algo que nos brote naturalmente de la propia inclinación de nuestro ser, sino de las exigencias que creemos, nos imponen los demás, de las expectativas para agradar a los otro. Tensión, cansancio y disgusto, serán sinónimos de trabajo por lo que realmente nos costará trabajar.

Nos costará creer en la amistad y en el amor como don gratuito, pensaremos que estamos obligados a ganar y merecer el cariño de los otros por medio de dádivas, de dolorosos esfuerzos personales. Por ello, debemos tener siempre presente como lámpara que nos ilumina que ningún hombre es lo que “hace” ni lo que “tiene” , no vale por el apellido, ni por lo que dice, ni por lo que posee; principia a valer por lo que hace y vale de veras por lo que es.

Al final del camino de la vida no nos preguntarán: “¿Cuanto tienes?“, “¿cuanto has amontonado?”, sino “quien eres” y “¿que has dado?” esto es ¿que camino tomaste?

(A. Vergara )

Compilación del Oso hormiguero

1 comentario:

Opinante Perdida dijo...

Que interesante este post.
Me imagino que lo pusiste porque coincides plenamente con lo que dice ahi.
Yo difiero contigo en cuanto a que el hombre no esta destinado a seguir el patron de su especie, yo pienso que si, mas especifico el de la sociedad. Nacimos para estudiar, trabajar y hacer una familia, es el factor en comun que nos une con la mayoria, quienen no lo hacen terminan viviendo como indigentes. Todos tenemos como meta hacer dinero (cada cual con su propia estrategia) ya que éste es la clave para sobrevivir. Desgraciadamente así es nuestra sociedad.
Pero no estoy en desacuerdo con todo. Me identifiqué mucho con la parte que dice que la clave de la paz interior es aceptarse y me ha tocado presenciar el dolor de los que no se aceptan e intentan ser quiene no son.
Bueno, esto es sólo un comentario, saludos!