P. José María Arroyo fue un personaje difícil de comparar. Porque su vocación por el conocimiento, por la pedagogía, por la honestidad y el desarrollo de la solidaridad y la generosidad fueron sus principales virtudes y uno de los mayores ámbitos de su impresionante trayectoria.
Arroyo nació en 1929 en Perdigón del Vino, un apacible pueblo de la provincia de Zamora, en España. En 1954, ya ordenado sacerdote agustino, es enviado al Perú, específicamente a Iquitos. Pero su labor misionera no solo se circunscribió a la religión, sino que amplió esos horizontes a la educación, la pedagogía y el conocimiento del castellano, así como a la difusión de la cultura amazónica.El servicio a la causa de su trabajo religioso lo realizó con dedicación, humildad y extrema devoción.
Fue párroco, entre otros, de Nuestra Señora de Fátima, Espíritu Santo y Santo Cristo de Bagazán.Hombre de personalidad carismática y proverbial humor, trabajó en radio María, fue conductor del programa “La Hora Católica de la Selva” y de programas en Radio La Voz de la Selva, donde llegó a ser Director General. Además, participó como activo colaborador en diversas publicaciones escritas, entre ellas el semanario Kanatari (donde era escritor constante de la sección internacional “A vuelo de ronsapa”).
Fue un conocido cultor y difusor del habla castellana, así como de la prosa bien escrita. Algunos señalan que es muy poco probable que existiese en la ciudad alguien que supiera con tanta precisión la concordancia del idioma. Fue profesor de secundaria (en los colegios Mariscal Oscar R. Benavides y CNI) y catedrático de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana, donde algún momento llegó a ser vicerrector, lugar donde siempre bregó porque la cátedra brindara no solo conocimientos tecnocráticos, sino también formación humana. Participó como docente en la Universidad Particular de Iquitos y fue miembro descollante de la Federación de Periodistas de Loreto.Era aficionado a los radioteatros, además tenía una conversación maravillosa, aderezada con ajos y cebollas propias de su formación castiza y su carácter. Consideraba como una lectura obligatoria el diccionario de sinónimos y antónimos así como la enciclopedia de palabras, a las cuales consideraba “mataburros”.
Hablaba con suma prolijidad las lenguas clásicas: latín, griego y hebreo, así como el inglés y el francés. Leía los libros y revistas más actuales editados en estas lenguas Cuestionaba constantemente todas las noticias, todos los hechos y no le bastaba una versión “oficial”, sino procuraba complementarlo con otras visiones o puntos de vista. Pero sobre todo, era un motivador implacable y constante de los alumnos, discípulos y amigos.
Fue un aficionado constante a la tertulia y la conversación enriquecedora, y sus espacios favoritos fueron en antiguo café Caravelle o el inmortal Café Express. Fue un fumador impenitente, además de un devoto cultor de las historias de fantasmas y casas encantadas, así como misterios sobrenaturales.Demasiado conocimiento, demasiada emoción y demasiado don de servicio al saber y al hombre han cesado el día de ayer. Pero la senda del Padre José María, como un arroyo implacable e infinito seguirá fecundando el recuerdo y el legado de la causa del conocimiento amazónico (PB).
Tomado de Pro&Contra – Iquitos (Perú) 29 abr. 09
2 comentarios:
QUERIDOS PADRES AGUSTINOS RECIBAN MIS ORACIONES Y CONDOLENCIAS POR EL FALLECIMIENTO DE NUESTRO QUERIDO HERMANO P. JOSE MARIA ARROYO ARROYO Y A LA VEZ AGRADECER A DIOS POR DARNOS DURANTE MUCHOS AÑOS A UN PASTOR QUE CON SUS CONOCIMIENTOS AYUDO A NUESTRA JUVENTUD DE IQUITOS Y TUVIERON LA DICHA Y LA OPORTUNIDAD DE TENERLO COMO MAESTRO EN LA UNIVERSIDAD, TAMBIEN COMO AMIGO EN LA PARROQUIA A DONDE ERA DESTACADO, GRACIAS P. JOSE MARIA QUE NUESTRA MADRE LA VIRGEN DE FATIMA LO ACOJA EN SENO MATERNAL. DESCANSA EN PAZ.
UNIDOS EN ORACION UN FUERTE ABRAZO.
que descance en paz...☺
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