domingo, 15 de junio de 2008

ROMA BENDICE A LOS "KIKOS"

El Vaticano les obliga a asistir a misa en las parroquias al menos una vez al mes

El pasado 13 de junio se entregó el decreto de aprobación definitiva de los estatutos del Camino Neocatecumenal, popularmente los kikos por el apelativo de su líder, el pintor y cantante madrileño Kiko Argüello. Fue él quien recibió el decreto, acompañado de la religiosa Carmen Hernández y el sacerdote italiano Mario Pezzi.

Kiko Argüello -se llama en realidad Francisco José Gómez Argüello Wirtz, nacido en León, en 1939- y Carmen Hernández (Ólvega, Soria), fundaron el Camino en 1964 tras encontrarse en Palomeras Altas, una de las muchas barriadas de chabolas en el Madrid de la posguerra. El primero era ya un pintor conocido; la segunda, licenciada en Química y miembro del Instituto de Misioneras de Cristo Jesús, acababa de regresar de Bolivia. Después se licenció en Teología y pasa por ser el alma intelectual del movimiento. Fue muy amiga y protegida de Juan Pablo II.

El liderazgo personal y de por vida, fuera de toda posible discusión, que encarnan Kiko y Carmen, queda reflejada en la constitución y competencias del llamado "equipo internacional". De ellos emanan en pirámide todos los otros equipos de distintos niveles que son los encargados de dirigir toda una organización de personas que apuestan su vida y haciendas por una obra, pero que parece que no se han tenido en cuenta al redactar los Estatutos. El carácter oculto empieza porque no se define el Camino sino abstractamente como "itinerario" o método catequístico. Como si no hubieran personas y organización detrás para sostener toda la obra: ni pía unión, ni organización, ni movimiento, ni nada. Parece que no se crea una persona jurídica, como era de esperar. ¿Hay manera mejor para seguir en lo oculto, sin determinar responsabilidades ni derechos, camuflando toda acumulación de capital y dirigismo de personas?

El Camino Neocatecumenal fue el movimiento que garantizó multitudes cuando el popular Papa polaco salía de Roma. En España, en la Navidad pasada, llamados por el cardenal Antonio María Rouco, los kikos movieron más de 1.200 autobuses en la concentración convocada en Madrid contra las políticas de familia del Gobierno socialista.

Kiko tenía 25 años cuando fundó el Camino. Hoy vive en Roma, como los grandes fundadores, y suma un millón de fieles en 105 países, 20.000 comunidades, 883 diócesis y 6.000 parroquias. También cuenta con 52 seminarios, 731 presbíteros, 1.500 seminaristas y algunas universidades (como la San Antonio, de Murcia).

"Tras una cuidadosa revisión del texto estatuario y la introducción de modificaciones consideradas necesarias, el Consejo Pontificio para los Laicos dio su visto bueno definitivo de los estatutos", dice el comunicado emitido por el Vaticano. La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos aprobó sus estatutos después de introducir muchas correcciones, sobre todo sobre la celebración eucarística. Se les exige, por ejemplo, que sigan los libros litúrgicos de la Iglesia en las celebraciones de las misas y que no se salten, omitan o añadan nada que no esté establecido. También les impone que el domingo es el Día del Señor y que por lo menos una vez al mes los kikos deben acudir a la misa de su parroquia. Los Neocatecumenales celebran misas muy largas el sábado por la tarde, muchas veces en lugares privados.

Con este reconocimiento pleno, largamente trabajado y no exento de sobresaltos, Kiko Argüello entra en el santuario de los grandes fundadores modernos, muchos ya fallecidos, como el mexicano Marcial Maciel (Legionarios de Cristo), Luigi Giussani (Comunión y Liberación) o Chiara Lubich (Focolares).

Fuente: convocados.com y elpais.es

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